Forma parte de la tercera generación de una familia de orfebres de San Jerónimo de Tunán, Huancayo. Su padre, don Eduvino Rodríguez, se estableció en Chosica, Lima, hace 57 años. Ahí Mauro aprendió el oficio familiar solamente observando trabajar a su padre y, cuando cumplió los 30 años, decidió practicarlo de manera sistemática y profesional, para lo cual formó su propio taller. Don Mauro inicialmente elaboró joyas pequeñas: aretes, collares, cadenas y anillos. Luego de perfeccionar sus técnicas en una escuela de orfebrería en Huampaní, decidió incursionar en el trabajo de objetos más complejos y variados, lo que le valió ser requerido por famosas diseñadoras de joyería. Ya cuajado en el oficio, ganó en 1998 el primer premio en joyería y el segundo en orfebrería en el Concurso Nacional organizado por el Patronato Plata del Perú. Don Mauro ha representado al país en certámenes de intercambio cultural y de promoción del arte de la joyería en Brasil, México y Paraguay, entre otros países.
